George Lucas regresó a Cannes, recordando que su carrera en festivales de cine comenzó aquí en 1971 con “THX 1138”. En una Master Class de 90 minutos, repasó su trayectoria desde sus primeros cortometrajes hasta “Star Wars”, la franquicia que lo catapultó a la fama.
“He vuelto muchas veces con ‘Indiana Jones’ o ‘Star Wars’, pero me gustan los reconocimientos: no hago el tipo de películas que ganan premios”, afirmó Lucas, admitiendo sentir nostalgia al regresar a la Costa Azul.
La saga “Star Wars” dominó las anécdotas. Lucas contó cómo un accidente automovilístico truncó su sueño de ser corredor de autos y cómo se reservó los derechos del merchandising de “Star Wars”, enfrentando rechazos de los estudios para producir la primera película en 1977, concebida siempre como una película para adolescentes.
“El estudio (20th Century Fox) no tenía fe en la película. La estrenamos en solo 32 salas, pero el éxito nos llevó a más de mil, algo inaudito en aquel momento”, recordó Lucas, quien retomó la saga para rodar tres precuelas: “La amenaza fantasma” (1999), “El ataque de los clones” (2002) y “La venganza de los Sith” (2005).
“Cuando rodé las precuelas, recibí muchos reclamos porque todos esperaban una película de aventuras para adultos, pero ‘Star Wars’ siempre fue para niños. Quería hacer algo poderoso para los niños de 12 años durante la Guerra de Vietnam, cuando todos estábamos a punto de ser reclutados y la gente regresaba en ataúdes”, explicó.
En respuesta a acusaciones de racismo o machismo en su saga, Lucas destacó que los únicos discriminados en sus películas son los robots y subrayó que tanto la princesa Leia como la reina Amidala son líderes de la rebelión, con su heroísmo basado en su “cerebro y capacidad logística”.
Lucas también habló de su perseverancia como clave de su éxito y recordó cómo junto a sus colegas Martin Scorsese, Steven Spielberg, Paul Schrader y Francis Ford Coppola, transformaron Hollywood con su pasión por el cine.
“No estábamos interesados en ganar dinero. Queríamos hacer películas. Esa fue la gran diferencia”, dijo.
Vestido con una camisa azul de rayas, pantalones oscuros y tenis Nike blancos, Lucas abordó uno de los momentos más difíciles de su carrera, cuando en 2012 decidió vender Lucasfilm a Disney.
“Cuando vendí la compañía fue una decepción. Tenía 69 años, no podía hacer una nueva película, y era el momento de que otros lo hicieran. Aunque me quedé como consultor, muchas ideas se perdieron”, lamentó.
Antes de despedirse, Lucas aconsejó a los nuevos cineastas darle importancia al sonido en una película. “El sonido es la mitad de la película. Es la salsa secreta del cine”, afirmó, destacando la terquedad como su mayor fortaleza en su carrera.