En medio de protestas por redadas migratorias en Los Ángeles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el despliegue de 2 mil elementos de la Guardia Nacional. La medida se da tras una segunda jornada de enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales, en operativos que dejaron cerca de 50 detenidos, la mayoría de ellos mexicanos, según el cónsul Carlos González Gutiérrez.
El Departamento de Seguridad Nacional reportó que “mil alborotadores rodearon un edificio de las fuerzas de seguridad federales y agredieron a los agentes del ICE, pincharon neumáticos, pintarrajearon edificios y propiedades financiadas por los contribuyentes”. En Paramount, agentes antimotines dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma.
Trump justificó la intervención federal afirmando que si el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass “no pueden hacer su trabajo, entonces el gobierno federal intervendrá y resolverá el problema, ¡¡¡como debe resolverse!!!”, escribió en su red Truth Social. Su vocera, Karoline Leavitt, afirmó que buscan “controlar la anarquía que permitieron que se agravara”.
En México, la Secretaría de Relaciones Exteriores externó su “profunda preocupación” por los operativos y pidió al gobierno estadounidense que los procedimientos migratorios se apeguen al debido proceso. “México reitera su disposición para continuar colaborando (…) con respeto a los derechos humanos”, señaló la dependencia.
El subdirector del FBI, Dan Bongino, informó que se analizan imágenes de las protestas para identificar responsables, mientras que la agencia EFE reportó al menos 11 mexicanos entre los detenidos. La alcaldesa Bass condenó las redadas, mientras el Departamento del Sheriff local aclaró que no participó en la aplicación de leyes migratorias.